Los desafíos de la década de los veinte.

Los desafíos de los 20 en realidad son de alto impacto. En Astrología se estudian los tránsitos de los planetas en relación con el individuo, es decir, el contraste creado por los planetas en su ritmo continuado en el cielo junto con los planetas natales.

En el momento del nacimiento, tomamos una fotografía al cielo, está fotografía (conocida como la Carta Natal) muestra las posiciones planetarias del momento. Estas disposiciones evidencian aspectos muy exactos de nuestra personalidad; cuando además los planetas en la continuación de su recorrido crean diversos "aspectos" es cuando la Astrología puede ver momentos claves, y crisis que marcan un antes y un después.

Las edades de los hombres marcan los ciclos naturales de conciencia. Nuestra conciencia se expresa a través de un Venus, un Mercurio, un Saturno, un Urano, etc. Estos ciclos son la evidencia de la transformación y reconocimiento continuo. La década de los 20 está plagada de momentos cíclicos claves, que dan mucha claridad acerca del desarrollo psicológico y mental del individuo.

Estos ciclos los abre los Nodos Lunares justo en el cumpleaños de los 18 años.

Los Nodos:

los Nodos Lunares en Astrología marcan la Misión de la Vida. Justamente este proceso crítico marcado por los 20 se da gracias a la intervención del Alma que nos prepara para el desempeño pleno de nuestra consciencia. Para este momento prácticamente desconocemos quiénes somos realmente, lo que nos gusta, y es realmente complejo tomar decisiones respecto al futuro. Irónicamente, esta edad en la que se exige tomar un camino, realizar estudios o viajes es la menos propicia, porque hasta ahora la personalidad comprende el papel de su Alma.

En esta edad empiezan a desarrollarse esas ideas de crear grupos, amistades o contactos fuera del hogar familiar. Los chicos necesitan encontrarse en otros ojos, verse de otras maneras, comprender que son más que aquellos niños que han crecido junto a sus padres.

Los 18 años son el inicio del despliegue del Nodo Norte. Este Nodo es un herramienta divina que permite al individuo explorar esas facetas desconocidas. Aquí se crea un momento maravilloso: el encuentro con nuestro ser superior.

Los 22 años. El ciclo de Saturno y la apertura de Urano:

Para los 22 años ocurre un proceso importante de Saturno. Esta edad se caracteriza por ser crítica, difícil e incluso depresiva. Sin embargo, no es una ley que a los 22 sea de esta forma. Lo mejor que podríamos hacer es entender los ciclos de esta consciencia, lo que demanda, lo que necesita.

Este ciclo exige compromiso. Saturno es el planeta de la forma, de la estructura, puede caer como plomo, pues sólo sostiene lo que es real. En este momento la vida se ve con más seriedad, y a la vez nos hacemos conscientes del peso y la exigencia de la vida madura. Es un momento clave en donde el individuo reencuentra su verdadera solidez, su seguridad, su sostén. Acá se toman decisiones un poco más claras acerca de las responsabilidades de la vida, se es más consciente de cómo se puede contribuir a la sociedad.

Además Urano abre esta década, su momento más desafiante exige que las personas se desarmen y se vuelvan a armar. Se trata de dejar atrás las edades infantiles y asumir la adultez.

Si la persona aún no encuentra su lugar, su vocación, su trabajo en esta etapa, la siguiente puede ayudar...

Los 23 años y el primer retorno de Júpiter:

Esta vez Júpiter ayuda al individuo con un ciclo de expansión y crecimiento. Muchos astrólogos hablan de que Júpiter es el planeta de la buena suerte, o de la buena fortuna, pero no necesariamente. Júpiter rige los modelos mentales, su expansión y crecimiento siempre va ligado a esos modelos mentales subconscientes construidos desde el pasado

Júpiter puede traer una fase de expansión, pero puede expandir la riqueza o la pobreza, expandir el trabajo hasta que no quede tiempo para más, expandir la falta de oportunidades, en fin. La clave del éxito de Júpiter está en hacerse consciente de esos modelos mentales. Es por esto que esta edad puede ser muy difícil para algunos, y para otros un respiro en el camino.

Lo que sí es claro es que Júpiter después de este retorno reafirma el papel que se juega en la sociedad. Las personas en esta edad encuentran verdaderamente el papel que deben cumplir en la sociedad. Se conectan con su vocación tomando cursos, conferencias, seminarios, becas o viajes al extranjero que les permite abrir su mente y disfrutar de las muchas posibilidades que la sociedad brinda para acceder al conocimiento.

Los 24 marcan la llegada de la acción con Marte:

Marte aparece en este contexto aportando energía extra para seguir en el camino que se ha esclarecido gracias al primer retorno de Júpiter. Marca un momento incluso de agresividad, porque la angustia y la tensión generada del deseo de abrirse camino y crear un vida individual empuja a la persona a conquistar con voluntad su camino.

Los 28 es la referencia de la Misión de Vida:

Para esta edad los Nodos de nuevo crean una tensión en el ser humano. Se hace evidente todas las tendencias del pasado que nos nos dejan avanzar hacia el futuro que deseamos con intensidad. Para este momento existe claridad de lo que se quiere, sin embargo surge una angustia interna que aleja a la persona de lo que quiere conquistar, como frustraciones, ideas caducas, conceptos antiguos de la vida, formas emocionales desbordantes, o simplemente una resistencia por continuar por el propósito.

Saturno cierra está década con su primer retorno a los 29 años:

De las edades más duras y angustiosas del ser humano. Si bien al inicio de los 20 la persona no sabe nada acerca de si y de la vida, se forja con mucho esfuerzo una claridad de lo que se desea, de quién es. Para los 23 Júpiter ha ayudado a definir esa vocación, y sin calificar de positiva o negativa esa etapa, prepara a la persona para trabajar, salir al mundo e incluso casarse. De allí en adelante se siente una energía que empuja al individuo a su Misión.

A los 28 la energía desciende, pues muchos de los patrones del pasado salen a luz. A los 29 el peso y la carga de la vida es muchísimo mayor. Se sufre la primera verdadera crisis, Saturno derrumba todo lo que no sea real: amoríos, trabajos, estudios, amigos, creencias. Las personas sienten literalmente que se han quedado sin piso, sin base, sin nada en lo que apoyarse.

Es como caer en un abismo donde no se reconoce nada estable. Esta edad lleva a que la persona se replantee lo que ha hecho, con quién lo ha hecho y cómo lo ha hecho. Es un buen momento para cambiar de profesión, de pareja y en general de todo el circulo que le reporte limitación y represión para lo que realmente quiere ser en la vida.

Podría sonar muy duro, sin embargo esta crisis precipita con valor (y un poco de hastío al dolor) a la persona para que haga lo que tiene que hacer. Si antes no podía exteriorizar su verdadera esencia con tranquilidad esta etapa lo lleva a liberarse de todas las limitaciones que él mismo ha construido a su alrededor.

Sin duda los 20 representan un época muy difícil de construcción y re-construcción. Estas edades puedes presentarse de maneras diversas en cada quién, depende mucho del grado de conciencia que se tenga, de la responsabilidad con la que se asume la vida, y por supuesto de la manera en que se ve la vida.

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